El origen de la herradura

origen de la herradura

A veces aceptamos la realidad de los hechos o de las costumbres sin plantearnos las razones últimas de por qué ocurren.

¿Por qué se hierran los caballos?

Los caballos se hierran por varias razones : para aumentar la tracción de los pies, para proteger los cascos de un desgaste superior a la rapidez de su crecimiento, para modificar la acción de los pies y extremidades y mejorar la ejecución de la marcha o para corregir defectos. El herrado siempre se ha considerado “un mal necesario”, porque interfiere la función fisiológica y en cierta manera produce “daño”. Esta creencia cosecha adeptos en la actualidad. El buen herrador es el que sabe lograr el objetivo produciendo el menor daño posible.

La utilización de las herraduras en los caballos y el oficio de herrador se remontan bastante en la historia, pero no tanto como podría pensarse, desde luego es muy posterior a la utilización de los metales. No se ha demostrado que los griegos y los romanos conocieran el arte de herrar los caballos. Sí que se sabe que en vez de herradura usaron unas hipo-sandalias o botines de esparto, cuero y otros materiales que ofrecían alguna resistencia al roce excesivo del terreno y se sujetaban a la cuartilla mediante correas. El origen del herrado con clavos tal y como hoy se practica no ha sido datado cronológicamente. Parece extenderse la creencia de que en la Galia, en Bretaña y en Germania se herraban los caballos antes de la era cristiana, pero no se sabe con certeza donde ni quien inventó la herradura y la sujetó al casco por medio de clavos. Parece que los Celtas pudieron ser los primeros en utilizar la herradura hacia el siglo VI antes de Cristo. Lo que no admite duda es que, cuando Julio Cesar conquistó la Galia en el 52 A.C. este pueblo herraba sus caballos y debía hacerlo desde tiempo antes, porque había ya tres clases de herraduras : las onduladas, de claveras rectangulares y las orientales y dos clases de clavos, de clavija de violín y de cabeza cuboide.