Construcciones para actividades ecuestres

Con frecuencia en nuestro quehacer profesional se nos presenta una persona con una idea para desarrollar una explotación de una o varias actividades ecuestres, que generalmente implica la construcción de determinadas instalaciones. No nos cansaremos de repetir que una explotación ecuestre debe estar orientada, como cualquier otra actividad profesional, a obtener beneficio. Esto, en si mismo, implica un plan razonado de actuación. Para definirlo mas gráficamente diremos que realizar un proyecto, construir una instalación, es como comprar un caballo, lo más fácil y barato es comprarlo, pero luego hay que mantenerlo.

Las instalaciones difieren unas de otras, es decir, que la situación de la propiedad donde se va a construir, la disposición, dimensiones y diseño de los diferentes elementos constructivos no son siempre los mismos. No es igual construir una yeguada, un club hípico o un hipódromo ; como tambien diferirán las instalaciones anexas : pistas, duchas, herraderos, círculos para dar cuerda o lazaretos según el volumen de animales estabulados. Estas afirmaciones que pueden parecer de perogrullo son frecuentemente pasadas por alto, incluso en instalaciones consideradas de alto nivel y que a la postre son un “agujero negro”. Nuestra experiencia nos indica que, a la hora de plasmar sobre el papel la idea inicial es conveniente seguir los siguientes pasos:

  1. realizar un desarrollo completo de la idea llevada hasta sus últimas consecuencias, es decir, plasmar todas las actividades que según el criterio del promotor podrían tener cabida en su proyecto.
  2. planificar todas las actuaciones e instalaciones necesarias para el desarrollo del proyecto.
  3. establecer las fases de actuación según los criterios de prioridad, oportunidad, complementariedad y economía.

Llegados a éste punto, tanto si el promotor considera que tiene experiencia como si es profano, consideramos fundamental la intervención de un asesor con experiencia acreditada en éste tipo de instalaciones con el que revisar los pasos anteriores. Con seguridad nos hará sugerencias y correcciones tendentes a mejorar nuestro proyecto en todos los órdenes. Con frecuencia vemos que se acude al técnico cuando se ha recorrido un trecho importante y se han cometido errores que nos ponen en el disparadero de, rectificar lo hecho con el consiguiente coste de tiempo y dinero, o, asumir el error y seguir adelante, pero ese error siempre estará presente. Una correcta planificación es la que diferencia un proyecto solvente de un permanente “saco sin fondo” por lo que la intervención del asesor es siempre positiva y rentable. Ayudados por el asesor y acompañados de nuestra idea revisada, el proceso lógico de actuación sería el siguiente :

  1. Búsqueda del terreno idóneo para desarrollar nuestro proyecto. Por idóneo entendemos situación, las características orográficas del mismo, existencia de agua, electricidad, precio y otras muchas circunstancias.
  2. Seleccionado el terreno o si ya se dispusiera del mismo con anterioridad, procede su ordenación para un correcto aprovechamiento. En definitiva se trata de ver si nuestro proyecto “cabe” en todo o en parte del terreno seleccionado o que disponemos y que parte de éste puede dedicarse al proyecto.
  3. Evaluar el montante total del proyecto a grandes rasgos, hacer un primer presupuesto y un plan de explotación. Hasta no haber cumplimentado los pasos 1 y 2 no es posible, con un mínimo de rigor, hacer evaluación ni plan financiero alguno.
  4. A la vista de los resultados obtenidos en el punto 3 tomar la decisión de continuar o desistir.

Suponiendo que la decisión sea positiva los pasos lógicos siguientes serían :

  • A la vista de la evaluación del coste total, establecer las fases de ejecución del mismo.
  • Elegir y contratar los titulados necesarios para formar un equipo que defina completamente y desarrolle el proyecto de ejecución y comenzar su tramitación oficial.
  • Paralelamente, realizar una planificación real en el tiempo.
  • Solicitar los presupuestos pertinentes, seleccionar las opciones de materiales disponibles y realizar una nueva evaluación de costes y plan financiero más ajustado.
  • En cuanto sea posible, contratar y comenzar las obras.
  • En cuanto éstas estén en marcha, se procederá a la búsqueda del personal que estará encargado de dirigir el día a día de la instalación y, con ellos, planificar las acciones de puesta en marcha de la misma : promocionales, contratación de personal, suministradores habituales… y realizar con ellos un plan de explotación que contrastar con el nuestro.
  • Puesta en marcha por fases del proyecto.

De la correcta selección de colaboradores dependerá en gran parte el éxito de nuestra idea y la satisfacción de verla realizada. Hay muchas maneras de afrontar los retos, pero en los tiempos en que vivimos de pensada asignación de recursos, competencia y control del gasto, el camino del éxito viene predeterminado por una correcta planificación y desarrollo.